About Me

I am a priest of the Archdiocese of Tororo, Uganda since my ordination on July 4, 1998. I am currently assigned as Professor of Theology and formator at Notre Dame Seminary in the Archdiocese of New Orleans, Louisiana.

Sunday, August 16, 2015

SOLICITUD DE LAS MISIONES – 18 Domingo del Tiempo Ordinario Año B

Exodus 16:2-4,12-15; Ephesians 4:17,20-24; John 6:24-35

Introducción


Buenos días / Buenas tardes.

Soy el Padre Deogratias Ekisa, sacerdote de la arquidiócesis de Tororo, Uganda.  Estoy feliz de hablarles hoy acerca de la obra misionera en mi país.  Pero también les pido disculpa que todavía estoy aprendiendo español. Espero que ustedes puedan comprender mi homilía, que un amigo ha traducido para mí.

Escritura


A partir del domingo pasado y durante los próximos cuatro domingos, el evangelio viene de San Juan Capítulo Seis, donde Jesús dice que él es el Pan de Vida. En el pasaje de hoy, las multitudes están buscando a Jesús, para que pudiera darles de comer, como lo hizo en el evangelio del domingo 
pasado. Al igual que sus antepasados ​​durante el Éxodo, esta gente busca de alimento para el cuerpo. 

Pero Jesús quiere alimentarlos con alimento para el alma, a sí mismo, la comida que dura. Y así él les dice: "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed."  Con estas palabras Jesús señala a los regalos que él está dejando para el mundo: su Cuerpo y Sangre para comer en la Eucaristía y su Palabra para nosotros creer y vivir.

Durante dos mil años del cristianismo, la Palabra y los Sacramentos son los dos pilares de nuestra fe católica. Cuando los apóstoles establecieron iglesias en Jerusalén, Corinto, Éfeso y otros lugares, predicaron la Palabra y luego celebraron los Sacramentos, especialmente el bautismo y la Eucaristía. Se alimentaban a la gente con el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Uganda


Tal vez movido por este mismo pasaje del evangelio, hace cerca de 135 (ciento y treinta) años los misioneros europeos, trajeron la Palabra y los Sacramentos a Uganda. Su mensaje fue bien recibido por los ugandeses. Muchos de ellos creyeron y fueron bautizados. Algunos de ellos dieron su vida por la fe. Son los 22 (veinte y dos) Mártires de Uganda, cuya fiesta es 03 (el tres) de junio.

El trabajo de estos misioneros y la sangre de estos mártires son la semilla que ha dado muchos frutos en Uganda.  El 85% (ochenta y cinco por ciento) de los ugandeses son cristianos y 45% (cuarenta y cinco por ciento) son católicos.  Una parroquia típica en Uganda tiene aproximadamente 10.000 (diez mil) parroquianos y cerca de 20 (veinte) iglesias; y todos estos se sirven de sólo uno o dos sacerdotes. Al igual que las multitudes en el evangelio de hoy, ellos también vienen a Jesús buscando alimentación del cuerpo y del alma.

Antes de asumir mi cargo actual, yo era párroco de una parroquia que se consideraría una pequeña. Mi parroquia tiene 4.000 (cuatro mil) parroquianos y 12 (doce) iglesias misioneras. Aunque a veces pienso en mí mismo como Superman, pero no pude celebrar 12 (doce) misas cada fin de semana. Traté de visitar uno o dos estaciones cada fin de semana.  Después de la Misa dominical en la Iglesia principal, viajé a otra misión. A este ritmo, las iglesias de las poblaciones reciben al sacerdote una vez cada dos meses más o menos.  Cuando el sacerdote no viene, el catequista guío un servicio de comunión.

Ellos están esperando la visita del sacerdote. Usualmente, el sacerdote pasa todo el día en ese lugar haciéndose cargo de todo el trabajo espiritual: bautismos, casamientos, confesiones, visitando y ungiendo a los enfermos, celebrando la Eucaristía. Obviamente, con todos estos sacramentos, la misa dura tres horas o más. Además, la homilía es bien larga, ya que el sacerdote tiene que decir todo lo que necesita enseñar por los próximos dos meses. Ustedes no se preocupen, porque la homilía de hoy va a ser mucho más corta.  El Párroco me dijo que si hablo poco, ustedes serían más generosos.

Visitar a mis parroquianos en los pueblos en mi pequeña motocicleta, es la mejor parte de mi ministerio. Estoy impresionado e inspirado por la profundidad de esta gente. Pero también estoy amargado por las condiciones difíciles en que se encuentran. Caminan millas y millas para venir a las misas, a veces bajo la lluvia. Ellos están allí cuando yo llego, rezando el rosario y listos para pasar toda la mañana o tarde en oración. A veces nuestra misa es debajo de un árbol de mango, porque la comunidad todavía no tiene iglesia.

Pero más interesante aún es la pobreza de la gente, que tiene muchas necesidades físicas como la gente en evangelio. Muchas familias viven de la agricultura, teniendo un par de animales y cosechando unos pocos metros de tierra sembrada. Las mismas dificultades se experimentan con respecto al cuidado médico. La gente tiene que viajar más de veinte millas para llegar a la clínica más cercana y mucho más lejos para un hospital. Niños mueren a causa de simples enfermedades como malaria o un simple rasguño. Algunas enfermedades se contraen por la falta de agua potable y limpia. Recuerdo cuando era niño teniendo que caminar millas con mi madre para buscar agua.  Cuando nuestra gente rezan el Padrenuestro y preguntan: "Danos hoy nuestro pan de cada día", que están pidiendo no sólo para el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino también para las necesidades físicas.

La Iglesia en Uganda trata de responder a esas necesidades, espirituales y físicas, lo mejor que puede. Además de las Iglesias, dirigimos escuelas, hospitales y otros servicios sociales. Pero nuestros recursos son limitados. Por eso estamos muy agradecidos de que la Iglesia en Canadá nos invite a venir y hacer un pedido a ustedes, para acompañarnos en nuestro trabajo con su ayuda. Ustedes puedan ver algunos de nuestros trabajos en las imágenes que se muestran en la parte posterior de la Iglesia. 

Cómo ayudar!


Apreciamos toda la ayuda que ustedes nos puedan dar. Ante todo, apreciamos el apoyo que nos brindan con sus oraciones. Las oraciones ayudan el trabajo de los misioneros que deben sobrellevar tantas pruebas, y nos mantienen fuertes.

También apreciamos cualquier ayuda financiera que nos puedan dar, en la segunda colección de hoy. Déjenme darles algunos ejemplos de cómo sus donaciones pueden brindar alegría y cambiar la gente de Uganda.
1)       $100 (cien dólares) permite a un catequista tener una bicicleta como transporte, para llevar la comunión a la gente de su poblado.
2)       Cerca $800 (ocho cientos dólares) permiten al Obispo preparar un seminarista por todo un año, en el seminario de Uganda.
3)       $3.000 (Tres mil dólares) pueden proveer a uno de los nuevos siete sacerdotes una motocicleta, para hacer su ministerio.
4)       $10.000 (diez mil dólares) pueden proveer con un pozo profundo de agua limpia y potable, a una comunidad de un poblado de más de mil personas.

Conclusión


El papa Pablo VI (sexto) dijo una vez que todos en la Iglesia somos misioneros. Algunos van a las misiones; otros van, por medio del dar. Por tanto, por medio del dar sus oraciones, sus donaciones, e incluso apoyo moral, ustedes están participando en el trabajo misionero de la Iglesia. Gracias por ser misioneros, por responder a las necesidades de sus hermanos y hermanas en Uganda.


Estamos especialmente agradecidos, porque sabemos que muchos de ustedes nos ayudan haciendo muchos sacrificios. Sepan que sus sacrificios hacen una gran diferencia en las vidas de mucha gente.  Muchísimas gracias, y que Dios los bendiga.  Finalmente, gracias por aguantarme con mi español.


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