SOLICITUD DE LAS MISIONES – 18 Domingo del Tiempo Ordinario Año B
Exodus 16:2-4,12-15; Ephesians 4:17,20-24; John 6:24-35
Introducción
Buenos días
/ Buenas tardes.
Soy el
Padre Deogratias Ekisa, sacerdote de la arquidiócesis de Tororo, Uganda. Estoy feliz de hablarles hoy acerca de la
obra misionera en mi país. Pero también
les pido disculpa que todavía estoy aprendiendo español. Espero que ustedes puedan
comprender mi homilía, que un amigo ha traducido para mí.
Escritura
A partir del
domingo pasado y durante los próximos cuatro domingos, el evangelio viene de San
Juan Capítulo Seis, donde Jesús dice que él es el Pan de Vida. En el pasaje de
hoy, las multitudes están buscando a Jesús, para que pudiera darles de comer,
como lo hizo en el evangelio del domingo
pasado. Al igual que sus antepasados
durante el Éxodo, esta gente busca de alimento para el cuerpo.
Pero Jesús
quiere alimentarlos con alimento para el alma, a sí mismo, la comida que dura.
Y así él les dice: "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá
hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed." Con estas palabras Jesús señala a los regalos
que él está dejando para el mundo: su Cuerpo y Sangre para comer en la
Eucaristía y su Palabra para nosotros creer y vivir.
Durante dos
mil años del cristianismo, la Palabra y los Sacramentos son los dos pilares de nuestra
fe católica. Cuando los apóstoles establecieron iglesias en Jerusalén, Corinto,
Éfeso y otros lugares, predicaron la Palabra y luego celebraron los
Sacramentos, especialmente el bautismo y la Eucaristía. Se alimentaban a la
gente con el alimento que perdura hasta la vida eterna.
Uganda
Tal vez
movido por este mismo pasaje del evangelio, hace cerca de 135 (ciento y treinta)
años los misioneros europeos, trajeron la Palabra y los Sacramentos a Uganda.
Su mensaje fue bien recibido por los ugandeses. Muchos de ellos creyeron y
fueron bautizados. Algunos de ellos dieron su vida por la fe. Son los 22 (veinte
y dos) Mártires de Uganda, cuya fiesta es 03 (el tres) de junio.
El trabajo
de estos misioneros y la sangre de estos mártires son la semilla que ha dado
muchos frutos en Uganda. El 85% (ochenta
y cinco por ciento) de los ugandeses son cristianos y 45% (cuarenta y cinco por
ciento) son católicos. Una parroquia
típica en Uganda tiene aproximadamente 10.000 (diez mil) parroquianos y cerca
de 20 (veinte) iglesias; y todos estos se sirven de sólo uno o dos sacerdotes.
Al igual que las multitudes en el evangelio de hoy, ellos también vienen a
Jesús buscando alimentación del cuerpo y del alma.
Antes de
asumir mi cargo actual, yo era párroco de una parroquia que se consideraría una
pequeña. Mi parroquia tiene 4.000 (cuatro mil) parroquianos y 12 (doce) iglesias
misioneras. Aunque a veces pienso en mí mismo como Superman, pero no pude
celebrar 12 (doce) misas cada fin de semana. Traté de visitar uno o dos estaciones
cada fin de semana. Después de la Misa
dominical en la Iglesia principal, viajé a otra misión. A este ritmo, las
iglesias de las poblaciones reciben al sacerdote una vez cada dos meses más o
menos. Cuando el sacerdote no viene, el
catequista guío un servicio de comunión.
Ellos están
esperando la visita del sacerdote. Usualmente, el sacerdote pasa todo el día en
ese lugar haciéndose cargo de todo el trabajo espiritual: bautismos,
casamientos, confesiones, visitando y ungiendo a los enfermos, celebrando la
Eucaristía. Obviamente, con todos estos sacramentos, la misa dura tres horas o
más. Además, la homilía es bien larga, ya que el sacerdote tiene que decir todo
lo que necesita enseñar por los próximos dos meses. Ustedes no se preocupen, porque
la homilía de hoy va a ser mucho más corta.
El Párroco me dijo que si hablo poco, ustedes serían más generosos.
Visitar a
mis parroquianos en los pueblos en mi pequeña motocicleta, es la mejor parte de
mi ministerio. Estoy impresionado e inspirado por la profundidad de esta gente.
Pero también estoy amargado por las condiciones difíciles en que se encuentran.
Caminan millas y millas para venir a las misas, a veces bajo la lluvia. Ellos
están allí cuando yo llego, rezando el rosario y listos para pasar toda la mañana
o tarde en oración. A veces nuestra misa es debajo de un árbol de mango, porque
la comunidad todavía no tiene iglesia.
Pero más
interesante aún es la pobreza de la gente, que tiene muchas necesidades físicas
como la gente en evangelio. Muchas familias viven de la agricultura, teniendo
un par de animales y cosechando unos pocos metros de tierra sembrada. Las
mismas dificultades se experimentan con respecto al cuidado médico. La gente
tiene que viajar más de veinte millas para llegar a la clínica más cercana y
mucho más lejos para un hospital. Niños mueren a causa de simples enfermedades
como malaria o un simple rasguño. Algunas enfermedades se contraen por la falta
de agua potable y limpia. Recuerdo cuando era niño teniendo que caminar millas
con mi madre para buscar agua. Cuando
nuestra gente rezan el Padrenuestro y preguntan: "Danos hoy nuestro pan de
cada día", que están pidiendo no sólo para el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, sino también para las necesidades físicas.
La Iglesia
en Uganda trata de responder a esas necesidades, espirituales y físicas, lo
mejor que puede. Además de las Iglesias, dirigimos escuelas, hospitales y otros
servicios sociales. Pero nuestros recursos son limitados. Por eso estamos muy
agradecidos de que la Iglesia en Canadá nos invite a venir y hacer un pedido a
ustedes, para acompañarnos en nuestro trabajo con su ayuda. Ustedes puedan ver
algunos de nuestros trabajos en las imágenes que se muestran en la parte
posterior de la Iglesia.
Cómo ayudar!
Apreciamos
toda la ayuda que ustedes nos puedan dar. Ante todo, apreciamos el apoyo que
nos brindan con sus oraciones. Las oraciones ayudan el trabajo de los
misioneros que deben sobrellevar tantas pruebas, y nos mantienen fuertes.
También
apreciamos cualquier ayuda financiera que nos puedan dar, en la segunda
colección de hoy. Déjenme darles algunos ejemplos de cómo sus donaciones pueden
brindar alegría y cambiar la gente de Uganda.
1) $100 (cien dólares) permite a un
catequista tener una bicicleta como transporte, para llevar la comunión a la
gente de su poblado.
2) Cerca $800 (ocho cientos dólares)
permiten al Obispo preparar un seminarista por todo un año, en el seminario de
Uganda.
3) $3.000 (Tres mil dólares) pueden proveer
a uno de los nuevos siete sacerdotes una motocicleta, para hacer su ministerio.
4) $10.000 (diez mil dólares) pueden proveer
con un pozo profundo de agua limpia y potable, a una comunidad de un poblado de
más de mil personas.
Conclusión
El papa
Pablo VI (sexto) dijo una vez que todos en la Iglesia somos misioneros. Algunos
van a las misiones; otros van, por medio del dar. Por tanto, por medio del dar
sus oraciones, sus donaciones, e incluso apoyo moral, ustedes están
participando en el trabajo misionero de la Iglesia. Gracias por ser misioneros,
por responder a las necesidades de sus hermanos y hermanas en Uganda.
Estamos
especialmente agradecidos, porque sabemos que muchos de ustedes nos ayudan
haciendo muchos sacrificios. Sepan que sus sacrificios hacen una gran
diferencia en las vidas de mucha gente. Muchísimas
gracias, y que Dios los bendiga. Finalmente,
gracias por aguantarme con mi español.
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